El Paisaje Cultural del Olivar Andaluz será la candidatura de España a Patrimonio Mundial de la UNESCO en 2022
El Consejo de Patrimonio Histórico, dependiente del Ministerio de Cultura y Deporte, ha elegido por unanimidad la propuesta impulsada por la Fundación Juan Ramón Guillén en base a las excepcionales características del denominado ‘mar de olivos’. El veredicto final de Naciones Unidas se conocerá en el verano de 2023.
‘Los paisajes del olivar en Andalucía, historia milenaria de un mar de olivos’ será la candidatura oficial que España presentará ante la UNESCO en febrero de 2022, tras haber sido elegida por unanimidad en la reunión del Consejo de Patrimonio Histórico del Ministerio de Cultura y Deporte. La propuesta, impulsada por la Fundación Juan Ramón Guillén desde hace más de 10 años, está promovida también por la Fundación Savia, la Diputación de Jaén y las diputaciones de Córdoba, Granada, Sevilla y Málaga, junto a multitud de municipios, universidades, organizaciones agrarias y otras entidades de Andalucía. La candidatura representa un patrimonio vivo y sostenible, un paisaje agroindustrial denominado 'mar de olivos' caracterizado por la singularidad y por poseer un valor único excepcional.
Una vez obtenido el visto bueno del Consejo de Patrimonio Histórico, la candidatura encara a partir de ahora la recta final del proceso de declaración como Patrimonio Mundial. Así, en febrero de 2022 se elevará al Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (ICOMOS) y, finalmente, la aprobación definitiva del expediente se debatiría en un encuentro de la Asamblea General de la UNESCO previsto para el verano de 2023.
La Fundación Juan Ramón Guillén, que contempla como uno de sus principales objetivos la puesta en valor de la cultura del aceite de oliva y el impulso del sector olivarero andaluz, apuesta desde sus inicios por el proyecto como un reconocimiento a nivel internacional para el mundo del olivar de Andalucía. Además, la sede de la entidad, la Hacienda Guzmán (La Rinconada, Sevilla), está incluida en la candidatura como uno de los máximos exponentes de gran explotación olivarera vinculada a las nuevas relaciones comerciales surgidas a raíz del Descubrimiento de América.
En total, en la candidatura, en la que se refuerza la idea del olivar andaluz como un todo, se identifican diez grandes zonas de paisaje cultural. Así, hay cuatro ligadas a la especialización olivarera del siglo XIX: Campiñas de Jaén, la Subbética cordobesa, Sierra Mágina y Hacienda de La Laguna – Alto Guadalquivir. Por otra parte, se incluye el olivar de la Ilustración, representado por Montoro y su entorno, y las haciendas de Sevilla y Cádiz, ligadas a los siglos XVI al XVIII. Asimismo, el olivar de la época medieval-islámica, en el Valle del Lecrín (Granada); el de los siglos XIII y XV, en el Valle de Segura; y el de la época romana, del siglo I al III, con Astigi-Bajo Genil (Écija). Por último, se incluye la zona de Periana y Álora, en Málaga, como zona de los primeros manejos del cultivo.